La sostenibilidad requiere que los seres humanos aprendan a vivir dentro de un nuevo paradigma. Los factores principales, como el tamaño de la población humana, la solidez de la biosfera, las existencias de recursos, el suministro de alimentos y la calidad ambiental deben permanecer en equilibrio a escala mundial. Este estado de equilibrio debe durar el tiempo suficiente para que no sea simplemente una irregularidad en la curva de crecimiento insostenible. Aunque no logremos realmente ese equilibrio, debemos avanzar en esa dirección si queremos que la humanidad y el ecosistema sobrevivan.
Dado que la Tierra es un sistema cerrado, un mundo sostenible no es compatible con el "crecimiento sostenible". Un sistema cerrado posiblemente podría acomodar el "desarrollo sostenible", un término popularizado por la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo , pero no es obvio cómo se podría hacer . Otra forma de ver el tema es considerar la idea de una transición hacia la sustentabilidad, que, sin embargo, necesita una discusión complementaria sobre el destino, o estado final, de esa transición.
La mayoría de nosotros probablemente aceptamos la propuesta de que todo el mundo debería tener acceso a una parte justa de alimentos, agua, refugio y atención médica. Seguramente queremos mantener un medio ambiente sano y un ecosistema robusto. Ciertamente queremos promover la equidad entre las sociedades, reducir la disparidad entre ricos y pobres, proteger la dignidad humana y minimizar el terrorismo de Estado. Mientras avanzamos hacia ese objetivo, debemos proteger la capacidad de las sociedades futuras de tomar decisiones reales por sí mismas, sea cual sea su organización social o afinidad cultural y religiosa. Si estos objetivos parecen incompatibles con el crecimiento constante de la población y nuestras tasas actuales de consumo material,
Para tomarnos en serio la sostenibilidad, debemos reexaminar nuestras ideas sobre el crecimiento, la equidad social, el consumo y el "nivel de vida", ese indicador putativo del bienestar social. La sostenibilidad está limitada en ambos extremos del rendimiento económico. En el punto de partida está limitado por la disponibilidad de recursos y en el punto final por la acumulación de los productos de su uso: desperdicio, pérdida y contaminación. El consumo y los sistemas de distribución de materiales, los procesos que unen esos dos extremos, van al meollo del asunto. La escala del consumo global, tanto público como privado, depende del tamaño de la población y de la intensidad del uso de los recursos.
¿Cuáles son algunas de las implicaciones del consumo sostenible de recursos? Para quienes viven a nivel de subsistencia, consumir es sobrevivir. Esto es cierto hoy en día para aproximadamente un tercio de la población humana del mundo. Para ellos, las comodidades más allá de la supervivencia son en gran parte un lujo. Ese "lujo", aunque podría decirse que marca a las sociedades civilizadas, degenera con demasiada facilidad en extravagancia. Un posible enfoque del "consumo sostenible" es apoyar y fortalecer a los "consumidores medios ecológicos . A nivel mundial, el número cada vez mayor de personas que viven en la pobreza extrema, combinado con el número de los más acomodados que caen en el consumo ostentoso, amenazan con poner en peligro la existencia futura de los consumidores medios. La equidad y la justicia social pueden ser claves para un mundo duradero y sostenible.
Para discutir el consumo sostenible, necesitamos saber por qué la gente consume más allá de sus necesidades civilizadas. ¿Por qué los anuncios comerciales son una fuerza impulsora tan poderosa? Tal cambio en la medición del nivel de vida, que Sen llama una "libertad positiva", podría ayudar a acercar la sostenibilidad a la realidad.
Al final, si podemos lograr una sostenibilidad equitativa depende de los efectos agregados de las elecciones individuales . Las instituciones pueden proporcionar incentivos e incluso modelos a seguir, pero cada uno de nosotros debe tomar sus propias decisiones. Ciertas elecciones pueden requerir que renunciemos a cosas, o incluso a algunos de nuestros sueños, por el bien de "otros", que incluyen a los que no tienen voz y a los que aún no han nacido. Una metáfora sugerente es la elección a la que se enfrentaría en un bote salvavidas abarrotado . Si tomar un pasajero más inundaría el barco, ¿los que ya están a bordo tienen derecho a defenderse de los recién llegados? Por horribles que parezcan tales elecciones, de hecho las enfrentamos a diario. La forma en que vivimos y actuamos afecta la extinción de especies, la calidad ambiental y las actitudes locales y nacionales hacia los inmigrantes y refugiados. La escala y la complejidad de las sociedades reales pueden ayudar a amortiguar nuestro impacto individual, sin embargo, entre todas las especies vivientes, los humanos por sí solos son capaces de ser guardianes de la sostenibilidad global respaldada por la justicia. Debemos actuar porque solo nosotros podemos elegir marcar la diferencia.
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